Ricardo Ojeda Leos
En medio de
una sociedad mexicana “anestesiada” -como la describiera con excelente tino el
periodista Julio Hernández- el grito de “huelum”
en las calles de la ciudad de México por parte de los estudiantes politécnicos durante esta muestra de
organización y dignidad que nos han brindado a propios y extraños, con su
movimiento estudiantil, ha venido a despertar conciencias que se hallaban
acalambradas por el incesante bombardeo publicitario y noticioso que acalla,
confunde, y taladra la mente de millones de mexicanos, bombardeo cuyo interés
es la imposición de las ideas y el convencimiento de que el camino trazado hasta
ahora por el gobierno en turno, es el correcto.
En contra de
las amenazas de represalia que no se hicieron esperar por parte de autoridades
educativas, los estudiantes de todos los planteles del IPN lograron organizarse
y formar un movimiento que cuenta con un importante apoyo interno y también de otras
universidades públicas y de la sociedad en general para luchar por sus derechos
que venían siendo lacerados progresivamente desde hacía tiempo.
Es, sin duda,
una gran lección este aire fresco que los jóvenes estudiantes politécnicos, sin eufemismos, con
inteligencia, capacidad de organización y con el arrojo consecuente, nos han
mostrado a la sociedad, a los millones de mexicanos que han seguido su
movimiento en las calles, en la televisión y sobre todo en las redes sociales, en
su búsqueda de soluciones ante demandas
que el propio gobierno ha reconocido como legítimas y que de manera atípica también
ha respondido, dando una respuesta, si no contundente, sí muy satisfactoria.
Respuesta, que hay que recalcar, no tuvieron otros movimientos sociales no menos importantes como pueden ser los casos de los electricistas de la compañía de Luz y Fuerza, despedidos en el gobierno pasado, o el de los propios maestros, en este gobierno, ante una reforma laboral maquillada de educativa que atenta contra sus conquistas laborales.
Respuesta, que hay que recalcar, no tuvieron otros movimientos sociales no menos importantes como pueden ser los casos de los electricistas de la compañía de Luz y Fuerza, despedidos en el gobierno pasado, o el de los propios maestros, en este gobierno, ante una reforma laboral maquillada de educativa que atenta contra sus conquistas laborales.
Una lección que vale la pena reflexionar ampliamente ¿o no?, mientras tanto:
¡ Huelum,
huelum, gloria
A la cachi
cachi porra
A la cachi
cachi porra
Pim pom porra
Pim pom porra
Politécnico,
Politécnico
Gloria !
No hay comentarios:
Publicar un comentario