viernes, 3 de octubre de 2014

El “huelum” un grito que ya hacía falta

Ricardo Ojeda Leos

En medio de una sociedad mexicana “anestesiada” -como la describiera con excelente tino el periodista Julio Hernández-  el grito de “huelum” en las calles de la ciudad de México por parte de los estudiantes politécnicos durante esta muestra de organización y dignidad que nos han brindado a propios y extraños, con su movimiento estudiantil, ha venido a despertar conciencias que se hallaban acalambradas por el incesante bombardeo publicitario y noticioso que acalla, confunde, y taladra la mente de millones de mexicanos, bombardeo cuyo interés es la imposición de las ideas y el convencimiento de que el camino trazado hasta ahora por el gobierno en turno, es el correcto.

En contra de las amenazas de represalia que no se hicieron esperar por parte de autoridades educativas, los estudiantes de todos los planteles del IPN lograron organizarse y formar un movimiento que cuenta con un importante apoyo interno y también de otras universidades públicas y de la sociedad en general para luchar por sus derechos que venían siendo lacerados progresivamente desde hacía tiempo.

Es, sin duda, una gran lección este aire fresco que los jóvenes estudiantes politécnicos, sin eufemismos, con inteligencia, capacidad de organización y con el arrojo consecuente, nos han mostrado a la sociedad, a los millones de mexicanos que han seguido su movimiento en las calles, en la televisión y sobre todo en las redes sociales, en su búsqueda de soluciones ante  demandas que el propio gobierno ha reconocido como legítimas y que de manera atípica también ha respondido, dando una respuesta, si no contundente, sí muy satisfactoria.

Respuesta, que hay que recalcar, no tuvieron  otros movimientos sociales no menos importantes como pueden ser los casos de los electricistas de la compañía de Luz y Fuerza, despedidos en el gobierno pasado, o el de los propios maestros, en este gobierno, ante una reforma laboral maquillada de educativa que atenta contra sus conquistas laborales.

Una lección que vale la pena reflexionar ampliamente ¿o no?, mientras tanto:

¡ Huelum, huelum, gloria
A la cachi cachi porra
A la cachi cachi porra
Pim pom porra
Pim pom porra
Politécnico, Politécnico

Gloria !

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