miércoles, 12 de febrero de 2014

Globalización, construcción de identidades y desafíos de la profesionalización docente

Ricardo Ojeda Leos

          En la construcción de nuevas identidades, ese gran proceso asimétrico que termina siendo una multiplicidad de procesos divergentes llamado “globalización” si bien en stricto sensu no es capaz de configurar una “cultura global” como lo afirma Giménez (2010) en el sentido de que no se vislumbra la construcción de una sociedad política y de una sociedad civil en un contexto global porque sigue persistiendo en la práctica internacional  la idea del Estado-nación, no se puede negar la gran influencia que ejerce en la construcción de nuevas identidades sociales a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, ahora involucradas de manera importante sobre todo en el fenómeno de las redes sociales y respaldada con la permanente penetración de los medios masivos de comunicación.
           Aun cuando por motivos de la asimetría socio-económica, característica de nuestros países latinoamericanos, las primeras herramientas no alcanzan a permear la realidad en la totalidad de los ciudadanos, las segundas si lo hacen de manera significativa. De tal manera que terminan siendo los jóvenes principalmente los más seducidos por la espectacular evolución tecnológica y las nuevas formas audiovisuales cada vez más diversas para comunicarse e integrarse a comunidades virtuales de manera cada vez también más permanentes con las nuevas posibilidades de los dispositivos móviles, configurando de tal suerte una lógica de comunicación e interacción social alejada no únicamente de la tradicional relación “face to face” sino también del contacto directo con el medio ambiente, el cual es sustituido por la experiencia virtual.
          Asimismo, el gran desarrollo tecnológico y la influencia que viene ejerciendo desde hace ya algunas décadas los medios de comunicación masiva, han logrado disolver la separación de ancestralmente existía entre el conocimiento del mundo del adulto y del mundo infantil, es decir, ahora la tecnología permite a la niñez acceder a la percepción de un mundo que antes los adultos le limitaban y que Meyrowitz  (citado por Martín-Barbero, 2002, p. 4) con sus propias palabras destaca “Lo que hay de verdaderamente revolucionario en la televisión es que ella permite a los más jóvenes estar presentes en las interacciones de los adultos…” lo que a su vez reconfigura las relaciones familiares y se configuran nuevas identidades al interior del seno familiar.
          La facilidad con la que los jóvenes manejan la tecnología y las posibilidades que éstas despliegan, catalizan nuevas identidades erigidas sobre contextos temporales y precarios pero también favorecen identidades más flexibles con capacidad de incursionar en nuevos y lejanos universos culturales.
          Arribamos en definitiva a lo que Martín-Barbero (2002) llama “ecosistema comunicativo”  conceptualización que parece que delinea muy bien el fenómeno comunicacional que estamos viviendo y que se manifiesta a través de una amplia red de herramientas y nuevas formas de acceso a la información y con ello al saber, esto es, al conocimiento,  por medio del cual se accede a él y al mismo tiempo se le arrebata de manera natural esta primicia a la institución que por excelencia lo tenía a su resguardo: la escuela.
           En tal sentido que en el nuevo “ecosistema educativo” cobra relevancia dentro de los desafíos que enfrenta la institución escolar contemporánea, la descentralización del conocimiento, al que ahora es posible obtener de manera alterna, si bien quizás fragmentado y desorganizado, finalmente termina siendo una posibilidad real que antes no existía con tal facilidad. De tal forma que la escuela se halla en la necesidad de reconfigurarse para abrirse a las nuevas formas comunicativas y a los nuevos saberes; para formar ciudadanos capaces de descifrar los ardiles informativos de los medios de comunicación;  para fomentar las capacidades de tomas de decisiones basadas en parámetros de valoración y discriminación de la información; para contribuir a una formación crítica frente al bombardeo masivo de los medios de comunicación.
           Es decir, la nueva estrategia escolar para pervivir ante los nuevos fenómenos que trae consigo la globalización y el consiguiente  desarrollo y la intervención en el saber de las tecnologías de la información y los medios de comunicación, tiene que ver con lo que Martín-Barbero (2002, p.11) describe como “el tránsito de un modelo centrado en la secuencia lineal - que encadena unidireccionalmente grados, edades y paquetes de conocimiento- a otro descentrado y plural, cuya clave es el “encuentro” del palimpsesto y el hipertexto”.
          El autor utiliza la metáfora del palimpsesto para destacar  la identidad que emerge del pasado y se inscribe en el presente aunque de forma no tan nítida, mientras que el hipertexto lo utiliza para resaltar el montaje de conexiones que permiten multiplicidad de recorridos. El primero nos remite a la memoria y a la pluralidad, mientras el segundo nos refiere a la intertextualidad y a la intermedialidad. De tal manera que para lograr interesar a los nuevos jóvenes hoy denominados por  Mark Prensky (2001, 2005)  como “nativos digitales” la escuela deberá asumir como una dimensión estratégica la configuración de un nuevo “ecosistema comunicativo”.
          Sin embargo, la tarea no resultará tan fácil, pues para ello debemos pensar inexcusablemente primero en uno de sus protagonistas: los profesores, ese colectivo de ejecutores de la actividad educativa que requieren de profesionalizarse para salir adelante de esta nueva encomienda. El profesorado actual de la educación básica en nuestro País, pertenece mayoritariamente en palabras del mismo Prensky (2001, 2005) a los llamados “inmigrantes digitales”. Se trata de una generación que culturalmente se halla hecha “sándwich”, porque no podría considerársele que pertenece a la que Margaret Mead (en Martín-Barbero, 2002)  describe como cultura postfigurativa, dado que no se trata de un profesorado que al cien por ciento se guíe de manera convencida de los ejemplos y del  saber de sus antecesores, tampoco puede considerársele prefigurativa en la idea de la ruptura generacional  en donde los amigos remplazan a los antecesores, sino más bien, pertenece este profesorado mexicano a la llamada cultura cofigurativa, en donde las conductas son retomadas de los otros profesores, es decir se trata de una cultura construida desde los “pares”, y en este sentido la brecha en el saber tecnológico resulta por demás significativa y en muchos casos determinante para las actividades educativas. En otras palabras, no podemos pasar de una escuela fundamentada en la linealidad del conocimiento y arribar con éxito a una escuela  descentrada y plural, con un profesorado con una brecha cultural y tecnológica importante frente al alumnado.
          Esa es una de las principales razones por la que las políticas educativas internacionales en los últimos años pugnan por la actualización de los programas de formación del profesorado, para sincronizar los tiempos del saber tecnológico de profesores y alumnos, sin embargo, también es cierto que muchas de esas fundamentaciones tienen finalmente una propuesta que raya en una racionalidad técnica y no en un criterio crítico que posibilite al profesorado asumir desde esta posición los desafíos que plantea la globalización y la invasión tecnológica en todas sus formas.
           No obstante, de la misma forma en que la educación crea sus propias posibilidades  de resistencia y cambio, el profesorado mexicano tiene la posibilidad de construir dentro de sus propios contextos de formación las condiciones que le permitan asumir profesionalmente los retos de una nueva escuela basada en un conocimiento descentrado y plural que además de formar los recursos humanos que necesita la sociedad para desarrollarse,  asimismo forme ciudadanos y sujetos autónomos.

Referencias
Giménez, Gilberto (2001) Identidades en globalización. México. Instituto de Investigaciones Sociales. UNAM
Martín-Barbero (2002) La globalización en clave cultural: una mirada latinoamericana. ITESQ. Guadalajara, México.
Giménez, Gilberto (2001) Identidades en globalización. México. Instituto de Investigaciones Sociales. UNAM.
Giménez, Gilberto (2005) “Cultura, identidad y metropolitanismo global”. En Revista Mexicana de Sociología 67 (No. 3, julio-septiembre 2005). Pp. 483-512.
Mark Prensky (2001) Nativos e Inmigrantes Digitales. Editorial: SEK, S.A.
Martín Barbero, Jesús (2002). “Jóvenes: comunicación e identidad”. En Pensar Iberoamérica. Revista de Cultura. Número 0, Febrero de 2002. Organización de Estados Iberoamericanos.


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