jueves, 17 de enero de 2013

Algunas reflexiones sobre la metodología de la investigación

Ricardo Ojeda Leos

La rigurosidad con la que la metodología de la investigación experimental se conduce, es mucho más elaborada y compleja de lo que normalmente se piensa, sobre todo en el ámbito de los detractores de ese tipo de investigación aplicada a fenómenos sociales.
 
Hago referencia a la investigación experimental, porque, de algún modo, ha sido el tipo de investigación más característica de la que se ha denominado investigación cuantitativa, sin ser, claro, la única.

 En el campo de la historia que ha seguido la investigación pedagógica, es posible darse cuenta que este tipo de investigación nada tiene que ver con la sencillez con la que se le descalifica y se le pregona.

 Dentro del campo de la pedagogía, la investigación experimental no ha escapado a sus vaívenes, de avances y retrocesos , y dentro de la investigación pedagógica podemos encontrar una parte importante de la historia evolutiva de la ciencia experimental.

El desdeño que se hace a la metodología cuantitativa, es, por demás, injusto, y encubre, quizá, alguna fobia hacia la rigurosidad y el manejo de las herramientas matemáticas. Y aún cuando presumimos saber que no todo es medible, siempre una cantidad, relacionada con la variable en estudio, aún cuando no represente a la variable misma, nos dice algo de dicha variable y por consecuencia, del fenómeno.

 No se puede, por lo tanto, así como así, descalificar una metodología que le ha dado muchos conocimientos a la humanidad, aunque se diga, no sin cierta ironía, que su objetivo no es la búsqueda de conocimientos, sino la comprobación de hipótesis.

 La lógica y el proceso de la investigación cuantitativa es raramente tan llana como la del estilo cualitativo de investigación. Mientras que ambos tipos comprenden una búsqueda de información, rara vez ocurre que no se conozca casi nada sobre el asunto en el momento de comienzo del proyecto.

 Los múltiples descubrimientos a los que ha llegado la investigación de corte cuantitativo, nos ha posibilitado acceder al conocimiento.

 Y mucho más allá de buscarle puntos débiles, creo que debiéramos rescatar y aprender de sus fortalezas, y una de ellas, es sin duda, su rigurosidad.

Esto no quiere decir, que la investigación que se hace a la luz de la visión fenomenológica-hemeneútica, llamada comúnmente, cualitativa, carezca de rigurosidad, sino sólo intento hacer hincapié, en que la rigurosidad con la que se conduce la metodología con el enfoque empírico-analítico, nos da un alto grado de confiabilidad que no debe desdeñarse por consigna o por ignorancia.

 En el enfoque fenomenológico-hermeneútico, el asunto tampoco es trivial, aún cuando aquí se hable más, de poblaciones de estudio pequeñas y aún cuando el uso de las herramientas estadísticas no sea tan trascendente, la propia especificidad y el contacto cuasi-personal, sino es que personal, con el fenómeno de estudio, compromete más al investigador y casi lo obliga a introducirse al fondo, más allá que merodear la forma.

Esto quiere decir, que si bien se pierde la generalidad en resultados, que es capaz de proporcionarnos la visión empírico-analítica, se gana, quizá en la misma proporción, en profundidad del conocimiento.

 Asimismo, la construcción de categorías, que nos permiten comprender a todos, de la misma manera el fenómeno, tiene detrás de sí un gran esfuerzo de abstracción, producto de mucho tiempo de estudio y reflexión sobre dicho fenómeno por parte del investigador. Esta tarea es ardua y requiere gran capacidad de concentración y sagacidad.

 El análisis fenomenológico  significa abordar el objeto de estudio, el fenómeno, como una experiencia concreta del hombre, tan libres como se pueda de presuposiciones conceptuales. El objetivo de la investigación fenomenológica es adquirir una comprensión de las estructuras esenciales de estos fenómenos sobre la base de ejemplos mentales proporcionados por la experiencia o la imaginación y por una variación sistemática de estos ejemplos en la imaginación.

 Acudiendo a su defensa, tal como se hizo con la metodología cuantitativa, la metodología bajo el enfoque fenomenológico-hermeneútico, también llamada, comprensiva, es igualmente rigurosa, compleja y confiable, como la primera.

 La elección del método dependerá de la realidad social que queramos investigar. Será el problema a estudiar el que determine el método a emplear.
 
El objetivo es conocer la teoría que nos llevan a investigar de una determinada manera.

La elección del método de investigación debe depender de las exigencias de la situación de investigación de que se trate.

La estrategia o método de investigación viene determinada por la naturaleza del problema, las cuestiones planteadas, el propósito del estudio, las destrezas del investigador y los recursos disponibles.

 Cada estrategia ofrece una perspectiva singular y única que ilumina ciertos aspectos de la realidad más que otros y genera un tipo de resultados más en consonancia con los propósitos de la investigación.

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