R.O.L
T |
odo análisis sin contexto no explica
ni esclarece absolutamente nada, pero sí confunde. Regularmente tienden a ser, además
de tendenciosos, burdas interpretaciones de la realidad, que en el mejor de los
casos pueden reflejar falta de pericia y conocimiento en el análisis, pero en el
peor de ellos, velados deseos e intereses de diversa índole.
De acuerdo con el filósofo y
lingüista francés Tzvetan Todorov, “El juicio equitativo es aquel que tiene
en cuenta el contexto en el que se produce un acontecimiento, sus antecedentes
y sus consecuencias”, es decir, el juicio resultante de un análisis sin
contexto es un juicio inequitativo y sesgado, por lo tanto, carente de
valor objetivo y periodístico. Ese ha sido el tono del periodismo no sólo en
México sino también de la prensa extranjera, desde el inicio de gobierno de
López Obrador, con referencia a un tema social tan delicado y complejo como lo
es, el de los homicidios, una de las más importantes problemáticas que lacera
sustancialmente al país durante los últimos tres sexenios.
Dos notas periodísticas, como existe
un sinnúmero de ellas, sirven de detonante de este trabajo y que resumen
también la narrativa de la propia oposición política en México, misma que viene
haciendo simbiosis con la mayor parte del periodismo tradicional: la primera,
publicada por el diario español El País[i],
en su versión en línea el 16 de enero de 2024, donde se afirma que se va “consolidando el
sexenio de Andrés Manuel López Obrador, de Morena, como el más violento de la
historia reciente del país”. Esta aseveración sin contexto tiene la clara intención
de sembrar ante la opinión pública la idea que el actual gobierno no sólo no ha
hecho nada, sino que ha empeorado las cosas en esta materia. Es decir, se omite,
que este sexenio inició con la más alta tasa de criminalidad en la historia y
que, consecuentemente por una elemental lógica matemática, las cifras altas de
homicidios están indisolublemente ligadas a esta condición. Más adelante, en la
misma nota se establece que a pesar de la disminución que se presenta en la
cantidad de homicidios diarios
“Es
difícil interpretar estas cifras, por más que el Gobierno quiera venderlas como
un éxito. No hace tantos años, resultaba impensable que México permaneciera
instalado en una meseta de 30.000 asesinatos anuales o más, con tasas de 23 a
25 cada 100.000 habitantes. Pero la realidad ahora es esa y disminuciones
marginales se consideran éxitos estratégicos”.
El periodista que escribe la noticia
habla de la instalación de una “meseta” en los asesinatos, más adelante
demostraremos que eso es falso, pero nuevamente omite el contexto y no habla de
la tendencia creciente que se traía desde los sexenios anteriores y que, en
todo caso una meseta significaría una importante contención ante esa escalada. También
emite su propio juicio, sin dar más argumentación, en el sentido de que las
disminuciones que, finalmente parece reconocer, son “marginales”. Cabría
preguntarse ¿marginales con relación a qué? Porque en todo ello no señala
alguna referencia y tampoco no toma en cuenta la naturaleza de un fenómeno
social muy complejo que lleva años instalado en los intersticios de la sociedad.
La segunda nota periodística es
la proveniente de los hombres de negocios publicada en Forbes[ii]
el 13 de noviembre del 2023 y que tiene como título “El sexenio de AMLO, el más
violento de la historia: Coparmex”, en esa noticia se afirma que, “Durante
el gobierno de AMLO aumentó 50% el número de homicidios frente al sexenio de
Enrique Peña Nieto”, otra aseveración que resulta falsa y que se demostrará
en este trabajo a través de un análisis estadístico mediante lo se ha dado por
llamar “datos duros” y que no es otra cosa que la realidad asentada en cifras
con números desprovistos de todo interés personal o político.
Es el presente, por lo tanto, un
análisis matemático que ha sido realizado fundamentalmente con base a las
cifras oficiales de homicidios anuales por cada cien mil habitantes que
presenta el INEGI[iii]
en su respectivo portal. Se consideró esta fuente porque sus cifras están
constituidas a partir de documentación más confiable, como lo son las propias actas
de defunción, las cuales minimizan el riesgo de cualquier intento de
manipulación de cifras por parte de otras fuentes del propio gobierno como
podrían ser las del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública.
Obsérvese que, esta unidad de
medida que hace el INEGI de los homicidios, no es utilizada al azar por los
expertos en la estadística, sino que es la mejor manera de valorar y percibir cualquier
cambio de tendencia histórica de los homicidios, por lo tanto, corrige la
errónea interpretación de comparar frecuentemente cifras absolutas tanto de promedio
de homicidios diarios como de totales, sin
considerar la dinámica poblacional, esto es, con esta unidad de medida sí es
posible realizar diferentes comparaciones de resultados para evaluar el éxito o
fracaso de las estrategias utilizadas por los gobiernos en contra de este
flagelo social.
Tenemos, por lo tanto, la tarea
de evaluar los resultados de dos estrategias plenamente diferenciadas en el
combate a la delincuencia, la primera de ellas podemos definirla como el
combate frontal, es decir, la estrategia de enfrentar directamente a los delincuentes
ejerciendo el “uso legítimo la violencia”, monopolio en reclamo del Estado,
según Max Weber, y que fue llevada a cabo durante el sexenio de Felipe Calderón
y continuada con Enrique Peña Nieto, en contraposición a la segunda que se define como el combate a las causas, que
enarbola principalmente la estrategia de ir a los orígenes del problema, es
decir, a la atención de la desigualdad social mediante diversos mecanismos de
compensación social como lo son las pensiones a adultos mayores, programas de
trabajo a jóvenes y becas para los estudiantes, como una manera de posibilitar
el progreso personal y desalentar la incorporación social a las actividades
delictivas. Estrategia auspiciada e implementada por el gobierno de López
Obrador.
Análisis de regresión lineal
El análisis ha consistido en proyectar
mediante un modelo de regresión lineal la tendencia de los homicidios a partir
del año 2006 hasta el año 2018, periodo en el que se llevó a cabo la primera
estrategia del combate a la delincuencia y, asimismo, proyectar la tendencia de
homicidios a partir del año 2018 hasta el 2023, periodo que conlleva el actual
gobierno implementando la segunda estrategia. Fundamentalmente reside en el cálculo
de los parámetros de las rectas que mejor se ajustan a la dispersión de los
datos de los homicidios a través de los dos periodos de tiempo mediante el uso
estadístico del cálculo que se conoce como ajuste de mínimos cuadrados. Las
ecuaciones de estas rectas permiten realizar predicciones en el tiempo de
mantenerse las tendencias registradas.
Es importante destacar que, al no
existir todavía información en el INEGI, la cifra de homicidios por cada cien
mil habitantes de 2023 es la única que ha sido calculada a través del dato proporcionado
por la Secretaría de Seguridad pública en la misma nota del citado diario el
País y con base a la población que existía en México en el primer trimestre de
2023 y que publicó en su boletín de prensa número 395/23 el INEGI[iv],
esto es, 81 homicidios diarios y 129 millones de habitantes, de donde resulta
el dato de 22.9 homicidios por cada cien mil habitantes.
Resultados
Los resultados obtenidos se visualizan
y se resumen en la siguiente gráfica:
Es de destacar que la recta en
color azul que mejor representa las cifras durante el periodo de 2006-2018, arroja
una pendiente positiva, es decir, una tendencia incremental y cuyo resultado podemos
observar, guarda una significativa consistencia con los datos al final de cada
sexenio, esto es, el resultado real al final de cada uno de ambos sexenios
siempre es en promedio más alto en poco más de 3 puntos que los valores estimados
mediante la ecuación de la recta, mismos que se muestran en color verde. Por lo
tanto, se puede inferir que, si dicha estrategia y condiciones hubieran
continuado, para 2024 se estimaría con ayuda de la ecuación de la recta la
cifra de 32.71 homicidios por cada cien mil habitantes que, al sumarle el promedio
de las diferencias que se obtienen al final de cada sexenio entre lo estimado y
lo real, nos arrojaría la cifra de 36 homicidios por cada cien mil habitantes.
Si tomáramos sólo como referencia a una población para ese año de 130 millones
de habitantes se traduciría en 128 homicidios diarios.
Por otra parte, de color rojo
aparece la recta que mejor representa y se ajusta a la tendencia que siguen las
cifras del periodo de 2018-2023, en donde el modelo arroja una recta con
pendiente negativa, es decir, una tendencia en donde la cantidad de homicidios se
decrementan conforme transcurre el tiempo. Este resultado arroja por la borda
la versión de la “meseta” que menciona el periodista del diario el País, incluso
resulta en valor absoluto una pendiente mayor a la obtenida anteriormente, lo cual conduce a que los resultados estimados se decrementen más rápido en proporción a como se incrementan de acuerdo
con la primera recta ajustada correspondiente al periodo 2006-2018. Puede observarse también que entre los homicidios por cada cien mil habitantes con los
que finaliza el sexenio anterior en 2018 y los que se registran al 2023, existe
un decremento de aproximadamente 6 puntos, que se traducen, si consideramos los
mismos 130 millones de población, en 22 homicidios menos diarios, que en virtud
de la tendencia histórica que se traía, no pueden resultar “marginales”, tal
como asevera el mismo periodista. Por
otra parte, al realizar el mismo ejercicio de estimación para el 2024 se
obtiene la cifra de casi 23 homicidios por cada cien mil habitantes, que se
traducen en 82 homicidios diarios, considerando los mismos 130 millones de
habitantes y que, frente a los 128 homicidios estimados diarios con la primera
estrategia, resulta una diferencia de 46 homicidios diarios, que constituyen diferencias
todavía menos “marginales” pues se trataría de un descenso de casi un 36% en la
tasa de homicidios.
Se podrá objetar que algunos de los resultados son meros supuestos, pero es de resaltar que no
se trata de supuestos arbitrarios a ciegas sino de resultados provenientes de
un análisis rigurosamente matemático que consiste en una herramienta de estimación
que se utiliza frecuentemente en estudios sociales como lo es la regresión
lineal, alimentada con cifras oficiales dadas por una institución confiable y profesional
de la estadística como lo es el INEGI.
Adicionalmente, con las mismas
cifras, si comparamos el total de homicidios por cada cien mil habitantes, el
sexenio de Peña Nieto arroja una cifra de 127.5, frente a los 133.7 que suma al
2023 el gobierno de López Obrador, es decir, en matemáticas, los ceros a la
derecha sí cuentan y el incremento de la tasa de homicidios, como correctamente deben compararse las cifras, es aproximadamente de un 5% y
no el 50% del que hablan los hombres de negocios de la Coparmex.
En resumen, esperamos que el presente análisis centre correctamente el debate con relación a los resultados de la tasa de homicidios en México y coloque en contexto a los mismos, es decir, que en los debates y las afirmaciones futuras que se realicen con relación a este tema, siempre se consideren las condiciones y cifras iniciales del problema, que son factores determinantes para la comprensión de toda problemática social, so riesgo de omitirlas y caer en una mezquindad de conclusiones que no tengan como objetivo la verdad y sí otro tipo interés.
Finalmente, el lector puede constatar y realizar otras lecturas de los resultados y llevar a cabo sus propias estimaciones con ayuda de la memoria de cálculo que se presenta a continuación.
Memoria de cálculo
En la siguiente tabla se muestran
la tabla de datos para calcular la primera recta de regresión del periodo
2006-2018, de acuerdo con las cifras del INEGI presentadas al inicio.
se calcularon a partir de las siguientes expresiones, provenientes de un ajuste por el método de mínimos cuadrados:
La segunda recta de regresión se calculó a partir de la siguiente tabla de datos que corresponden a los que presenta el INEGI del periodo 2018-2022 y la cifra de 2023 se calculó como se describió al inicio de este trabajo.
Arrojando como resultado la ecuación
de la segunda recta:
Fuentes referidas
[i] https://elpais.com/mexico/2024-01-16/mexico-mantiene-los-altos-niveles-de-violencia-y-registra-30523-asesinatos-en-2023.html