lunes, 14 de septiembre de 2015

De "la verdad histórica" a la única verdad disponible.

Ricardo Ojeda Leos

Finalmente, el grito de la sociedad mexicana que hace casi un año retumbaba en las manifestaciones de todo el país por el caso de la desaparición de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, al parecer resultó la única verdad disponible, las sospechas de ¡fue el Estado! resurge con el informe del  Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes  de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (GIEI). El informe de más de medio millar de páginas, se encuentra disponible para todo el público en el enlace que se encuentra al final de este artículo. El documento da cuenta, entre otras cosas, de inconsistencias en declaraciones de detenidos, de incongruencias en fechas y en horas sobre hechos sucedidos, de omisiones trascendentes como el caso del famoso “quinto autobús” y de peritajes que exhiben la incapacidad de las autoridades mexicanas en este tipo de investigaciones.

Sobre la tristemente célebre “verdad histórica” del ex procurador que desde las primeras investigaciones “ya se había cansado”, el análisis minucioso de los peritos independientes, evidencia un acontecimiento que se halla muy lejos de considerarse resuelto y cuyas conclusiones sobre la presunta incineración masiva de los estudiantes en el basurero de Cocula deja al desnudo la “sospechosa incapacidad” de las autoridades mexicanas encargadas de la investigación y más dudas de las que ya millones de mexicanos teníamos. En relación al peritaje realizado por el GIEI, las conclusiones textuales que enseguida se reproducen, representan la demolición de una gran mentira alimentada desde los órganos del Estado:

El análisis de la evidencia disponible relacionada a los eventos del 27 de Septiembre del 2014 permite llegar a las siguientes conclusiones:
1.      No existe ninguna evidencia que apoye la hipótesis generada, en función a testimonios, que 43 cuerpos fueron cremados en el basurero municipal de Cocula.
2.      Toda la evidencia recolectada muestra que en el basurero municipal de Cocula solo se han dado fuegos de pequeñas dimensiones cuya temporalidad no puede ser debidamente definida.
3.      No hay evidencia que apoye la hipótesis que los cuerpos fueron cremados con un fuego alimentado mayoritariamente por las grasas subcutáneas.
4.      Toda la evidencia recolectada muestra que el mínimo incendio necesario para la cremación de estos cuerpos no pudo haberse dado en el basurero municipal de Cocula. De haber existido un fuego de esta magnitud, daños generalizados serian visibles en la vegetación y la basura. Ninguno de estos elementos muestra estos daños.
5.      Es imposible establecer si los fuegos ocurridos en el basurero municipal de Cocula fueron de dimensiones suficientes para la incineración de uno o más cuerpos, pero no hay ninguna evidencia que indique la presencia de un fuego de la magnitud de una pira para la cremación de inclusive un solo cuerpo.
6.      No existe ninguna evidencia que muestre que la carga combustible necesaria para la cremación de cuerpos haya estado en algún momento disponible  en las cercanías del basurero municipal de Cocula.
7.      Los testimonios indican eventos que no son posibles dadas las condiciones generadas por lo que tendría que ser el fuego mínimo necesario para la cremación de los cuerpos.
8.      El peritaje relacionado al fuego no fue hecho de acuerdo a las reglas internacionales ampliamente aceptadas por la comunidad forense en fuego. No se le dio la prioridad necesaria al peritaje de fuego, se dispuso de evidencia crítica (vegetación adyacente) sin el análisis necesario, la recolección de evidencia dejo de lado elementos críticos y necesarios y la evidencia no se estructuro de manera adecuada.
9.      El Dictamen de Incendios (AP/PGR/SEIDO/UEDMS/871/2014, Folios 80002, 83278, 88350) no tiene los objetivos, la profundidad y el rigor necesarios para una investigación de esta naturaleza.
10.  Las conclusiones del Dictamen de Incendios (AP/PGR/SEIDO/UEDMS/871/2014, Folios 80002, 83278, 88350) son en su mayoría erradas y en muchos casos no emergen de la evidencia material y de su posible interpretación.
11.  Los peritos de la PGR autores del Dictamen de Incendios (AP/PGR/SEIDO/UEDMS/871/2014, Folios 80002, 83278, 88350) no tienen los conocimientos ni la experiencia necesaria para abordar un caso de la complejidad de los eventos del 27 de Septiembre del 2014.

Como puede observarse, los resultados a los que arriban los del GIEI son concluyentes: no existe evidencia científica de que los cuerpos de los estudiantes hayan sido incinerados en el basurero de Cocula, tal como se asintió en la “verdad histórica”, así como la paupérrima o sospechosa incapacidad de los peritos mexicanos que impulsaron el mito del ex procurador. En el mismo informe también queda evidenciado que otras autoridades policiacas y el propio ejército tuvieron conocimiento de lo que estaba sucediendo y no hicieron nada al respecto.

Por ese motivo, en tanto, no se aclaren el por qué de tantas omisiones o complicidades, la sociedad mexicana tiene derecho a continuar gritando: ¡fue el Estado!


Enlace
Informe Ayotzinapa. Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI)





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