Finalmente, el grito de la sociedad mexicana que hace casi un año retumbaba en
las manifestaciones de todo el país por el caso de la desaparición de los
estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, al parecer resultó la única verdad disponible, las
sospechas de ¡fue el Estado! resurge con el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos
Independientes de la Comisión
Interamericana de los Derechos Humanos (GIEI). El informe de más de medio
millar de páginas, se encuentra disponible para todo el público en el enlace
que se encuentra al final de este artículo. El documento da cuenta, entre otras
cosas, de inconsistencias en declaraciones de detenidos, de incongruencias en
fechas y en horas sobre hechos sucedidos, de omisiones trascendentes como el
caso del famoso “quinto autobús” y de peritajes que exhiben la incapacidad de
las autoridades mexicanas en este tipo de investigaciones.
Sobre la tristemente célebre “verdad histórica” del ex procurador que desde
las primeras investigaciones “ya se había cansado”, el análisis minucioso de
los peritos independientes, evidencia un acontecimiento que se halla muy lejos
de considerarse resuelto y cuyas conclusiones sobre la presunta incineración
masiva de los estudiantes en el basurero de Cocula deja al desnudo la “sospechosa
incapacidad” de las autoridades mexicanas encargadas de la investigación y más
dudas de las que ya millones de mexicanos teníamos. En relación al peritaje
realizado por el GIEI, las conclusiones textuales que enseguida se reproducen,
representan la demolición de una gran mentira alimentada desde los órganos del
Estado:
El análisis de la evidencia
disponible relacionada a los eventos del 27 de Septiembre del 2014 permite
llegar a las siguientes conclusiones:
1.
No
existe ninguna evidencia que apoye la hipótesis generada, en función a
testimonios, que 43 cuerpos fueron cremados en el basurero municipal de Cocula.
2.
Toda
la evidencia recolectada muestra que en el basurero municipal de Cocula solo se
han dado fuegos de pequeñas dimensiones cuya temporalidad no puede ser
debidamente definida.
3.
No
hay evidencia que apoye la hipótesis que los cuerpos fueron cremados con un
fuego alimentado mayoritariamente por las grasas subcutáneas.
4.
Toda
la evidencia recolectada muestra que el mínimo incendio necesario para la
cremación de estos cuerpos no pudo haberse dado en el basurero municipal de
Cocula. De haber existido un fuego de esta magnitud, daños generalizados serian
visibles en la vegetación y la basura. Ninguno de estos elementos muestra estos
daños.
5.
Es
imposible establecer si los fuegos ocurridos en el basurero municipal de Cocula
fueron de dimensiones suficientes para la incineración de uno o más cuerpos,
pero no hay ninguna evidencia que indique la presencia de un fuego de la
magnitud de una pira para la cremación de inclusive un solo cuerpo.
6.
No
existe ninguna evidencia que muestre que la carga combustible necesaria para la
cremación de cuerpos haya estado en algún momento disponible en las cercanías del basurero municipal de
Cocula.
7.
Los
testimonios indican eventos que no son posibles dadas las condiciones generadas
por lo que tendría que ser el fuego mínimo necesario para la cremación de los
cuerpos.
8.
El
peritaje relacionado al fuego no fue hecho de acuerdo a las reglas
internacionales ampliamente aceptadas por la comunidad forense en fuego. No se
le dio la prioridad necesaria al peritaje de fuego, se dispuso de evidencia
crítica (vegetación adyacente) sin el análisis necesario, la recolección de
evidencia dejo de lado elementos críticos y necesarios y la evidencia no se
estructuro de manera adecuada.
9.
El
Dictamen de Incendios (AP/PGR/SEIDO/UEDMS/871/2014, Folios 80002, 83278, 88350)
no tiene los objetivos, la profundidad y el rigor necesarios para una
investigación de esta naturaleza.
10. Las conclusiones del Dictamen de
Incendios (AP/PGR/SEIDO/UEDMS/871/2014, Folios 80002, 83278, 88350) son en su
mayoría erradas y en muchos casos no emergen de la evidencia material y de su
posible interpretación.
11. Los peritos de la PGR autores del
Dictamen de Incendios (AP/PGR/SEIDO/UEDMS/871/2014, Folios 80002, 83278, 88350)
no tienen los conocimientos ni la experiencia necesaria para abordar un caso de
la complejidad de los eventos del 27 de Septiembre del 2014.
Como puede observarse, los resultados a los que arriban los del GIEI son
concluyentes: no existe evidencia científica de que los cuerpos de los
estudiantes hayan sido incinerados en el basurero de Cocula, tal como se
asintió en la “verdad histórica”, así como la paupérrima o sospechosa incapacidad
de los peritos mexicanos que impulsaron el mito del ex procurador. En el mismo
informe también queda evidenciado que otras autoridades policiacas y el propio
ejército tuvieron conocimiento de lo que estaba sucediendo y no hicieron nada
al respecto.
Por ese motivo, en tanto, no se aclaren el por qué de tantas omisiones o
complicidades, la sociedad mexicana tiene derecho a continuar gritando: ¡fue el
Estado!
Enlace
Informe Ayotzinapa. Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI)
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